El Bosque de Tlalpan: un área natural protegida
Angel 
Bosque, Conservación 
Bosque de Tlalpan, Ciudad Universitaria, Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, Parque Urbano, Pedregal de San Ángel, Programa de Manejo, UNAM
Un refugio de especies únicas en medio de la ciudad
Todos los días acudimos al Bosque de Tlalpan cientos de personas para caminar, correr o convivir en familia, pero ¿cuántos de nostros nos detenemos para apreciar el Bosque? Al igual que la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel de la UNAM, es un remanente de la vegetación original de la zona sur de la ciudad denominada matorral xerófilo.
Inflorescencia de la oreja de burro (Echeveria gibbiflora)
Pocos saben que el Bosque de Tlalpan es un área natural protegida desde 1997. Su superficie abarca 253 hectáreas por lo que es inevitable sentirse lejos de ciudad estando inmerso en el Bosque. Las actividades humanas han puesto en peligro el ambiente y la riqueza biológica de muchos lugares por lo que se ha buscado protegerlos mediante la creación de reservas naturales, que son porciones de terreno destinadas a la protección de los ecosistemas naturales y las formas de vida que se encuentran en ellos (Cervantes en SEREPSA, 2008).
Es curioso que está área natural protegida reciba el nombre de “Bosque” porque la cubierta vegetal se compone principalmente de matorral xerófilo, término que proviene del griego xero: seco; y filo: asociación. La introducción del término se debe al botánico danés F. Schouw (1823) para identificar a las plantas que habitan ambientes secos. La vegetación natural del Bosque de Tlalpan se estableció a partir del escurrimiento de lava basáltica del derrame del Xitle. Al enfriarse, la lava fue colonizada por comunidades vegetales, entre ellas los bosques de encinos (Quercus spp.) y el matorral xerófilo. En el área domina el palo loco (Senecio praecox) y habitan especies endémicas, es decir, que sólo se presentan en el Pedregal de San Ángel como la cactácea Mamillaria san-angelensis, o la serpiente Thamnophis dorsalis cyclides; incluso se pueden encontrar orquídeas como la especie Bletia urbana. Sin embargo, las especies endémicas están en peligro de extinción debido a lo pequeño de sus poblaciones y a las perturbaciones como la fragmentación de su hábitat, tiraderos de basura, incendios e introducción de especies exóticas como el eucalipto y la casuarina.
Palo loco (Senecio praecox)
La singularidad ecológica de esta área natural protegida reside en el tipo de vegetación que alberga, la cual es una vegetación única caracerísticamente desarrollada sobre el sustrato basáltico, por lo tanto el Bosque de Tlalpan es un sitio que resguarda una muestra importante del patrimonio biótico local y nacional. Sin embargo, es un ecosistema frágil por la fragmentación y su aislamiento geográfico amenzado por el uso recreativo que se le ha dado. Aprendamos a valorar el Bosque de Tlalpan no sólo como un espacio para ejercitarnos, sino como un refugio único para la vida del Pedregal de San Ángel.
Referencias:
Challenger A. 1998. Utilización y conservación de los Ecosistemas Terrestres de México. Pasado, presente y futuro. Comisión Nacional par ael Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. Instituto de Biología, UNAM, Agrupación Sierra Madre, México, 847 pp.
Gibson A.C. 1996. Structure-Function Relations of Warm Desert Plants. Springer-Verlag, Nueva York, 215 pp.
SEREPSA, 2008. Manaul de Procediemitnos. Programa de Adopción de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel. Secretaría Ejecutiva REPSA, Coordinación de la Investigación Científica, UNAM, México, 108 pp.
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