XIII Sky Marathon Iztaccíhuatl (parte 2)
“Las grandes almas tienen fuerza de voluntad, las débiles sólo deseos”
Antes de entrar de lleno a la carrera es importante señalar uno de los fenómenos que se pueden apreciar cuando se corre a grandes alturas, el cambio de la vegetación conforme se asciende a las cumbres. El XIII Sky Marathon Iztaccíhuatl nos permitió observar este fenómeno y a continuación se los presentamos.
¿Por qué en la cima de las montañas no hay árboles?
Mientras se viaja en la serpenteante carretera se observa alrededor un bello bosque de pino que acompaña nuestro camino. Son árboles imponentes por su gran altura y frondosidad, además de las diferentes tonalidades de verde que los visten. Dependiendo de la hora del día, la luz del sol baña a los árboles, que parecen arder entre destellos amarillos y dorados.
Al comenzar a subir, la cantidad de árboles va disminuyendo y comienzan a predominar los pastizales. Los pocos árboles que se observan son de menor altura.
El tipo de suelo comienza a cambiar y se vuelve más pedregoso, por lo que los árboles no pueden desarrollar sus raíces.
En una altura mayor se pueden observar manchones de pastos y la presencia de una especie común en el Parque, la rosa de montaña.
Al subir aún más, el ecosistema es dominado por los pastos que resisten las grandes alturas, los árboles no pueden vivir pues no soportarían las heladas que ocurren a estas alturas.
El Iztaccíhuatl alcanza una altura de 5280 msnm, en donde ya ni siquiera los pastos sobreviven a las bajas temperaturas ni a las fuertes heladas y la única vegetación que queda son pequeños musgos y líquenes, que son asociaciones entre algas y hongos.
En las siguientes fotografías es posible observar el interesante fenómeno.
Ahora sí, después de un pequeño breviario biológico, a lo que venimos, a correr.
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Fotos: Karen Levy y Fernando Cordova
Imagen: Kalipedia
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