Lesiones por sobrecarga ¿cómo evitarlas?
Las lesiones por sobrecarga son un mal que aquejan a muchos deportistas pues la mayoría de las rutinas se basan en ejercicios repetitivos con diferentes pesos e intensidades. Por este motivo nuestros músculos se acaban cargando demasiado y es cuando corremos el riesgo de sufrir una lesión.
Existen diferentes tipos de lesiones derivadas de una sobrecarga muscular. Y se consideran como tal la tendinitis, la fascitis y las fracturas de sobrecarga. Aunque es difícil establecer cuáles son producidas exactamente por una sobrecarga, pues en la mayoría de los casos los afectados no acuden a un especialista a no ser que la lesión revista cierta gravedad.
Otro tipo de lesiones por sobrecarga más específicas son el codo de tenista o epicondilitis externa, que se produce por la práctica de deportes con raqueta. La tendinitis del tendón de Aquiles suele aparecer en deportes de carrera al igual que las fracturas por sobrecarga de metatarso. Las fracturas por sobrecarga de tibia son más comunes a las diferentes modalidades deportivas.
Todas estas lesiones están favorecidas principalmente por el programa de entrenamiento que llevamos a cabo, y es que en muchos casos éste no se adapta a las necesidades y el perfil de la persona que lo está ejecutando. Por este motivo es importante tener un plan de entrenamiento personalizado. Además es muy importante que factores materiales como el terreno en el que desarrollamos el ejercicio y el equipo que utilizamos sean lo más cómodo posible para nosotros.
Otra de las razones que intervienen directamente en las lesiones es el gesto inadecuado a la hora de desarrollar un ejercicio, así como la falta de calentamiento previo antes de comenzar a realizar un ejercicio. Es muy importante que sepamos realizar correctamente un ejercicio sin forzar más músculos que el que estamos trabajando. Además nuestro cuerpo no puede empezar a trabajar en frío, pues la sangre debe circular de forma progresiva por el músculo, pues si esto no es así se produce un calentamiento rápido que deriva en una lesión.
Otro factor es el entrenamiento excesivo. Nuestro cuerpo no es una máquina, y por lo tanto necesita periodos de descanso. Por esto debemos variar la intensidad del ejercicio si tenemos más actividad en el trabajo o en nuestra vida cotidiana. Además, debemos descansar algunos periodos a lo largo del año. Lo aconsejable es parar una semana por cada dos meses y medio de entrenamiento.
También influye en la aparición de lesiones la predisposición física, pues muchas veces sufrimos debilidad muscular u ósea. Para saber esto hay que acudir a un médico que nos dirá si tenemos o no un problema de este tipo. Pero también en muchos casos existen desequilibrios musculares derivados de que un grupo muscular tiene más fuerza que otro, lo que nos producirá un trabajo irregular que puede derivar en una lesión. Es muy importante trabajar todos los grupos musculares con la misma intensidad para evitar desequilibrios.
Fuente: Vitónica
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