¿Cómo elegir una buena estrategia para un maratón?
Lo primero es analizar nuestras posibilidades para afrontar el maratón con éxito. Las decisiones que adoptamos previamente a la competición y el plan para llevarlo al cabo no es más que una estrategia. La habilidad para llevar a buen fin la estrategia o para aplicarla a la práctica es la táctica.
Tener clara la estrategia de cara a la competición supone una cierta garantía de éxito, sobre todo si ha sido muy meditada. Donde más evidente se hace la estrategia es en la competición de maratón, ¿quién no ha pensado decenas de veces cómo debería pasar cada km, cuántas veces bebería, cuántos sorbos por botella, cuántos km? ¿Iría en grupo, en qué momento arriesgaría en solitario o cuándo daría cambios de ritmo?
Hay que tener en cuenta los datos objetivos que nos marcarán nuestros límites. Estos datos nos los aportan los entrenamientos, con los tiempos en las series y los ritmos de los rodajes largos, los resultados en otras competiciones previas, las posibles condiciones climatológicas, la capacidad individual de sufrimiento, la posibilidad de ir en grupo o no, el desnivel y la altitud del recorrido, los resultados de las analíticas de sangre (y si se hace, los de las pruebas de esfuerzo), así como factores menos predecibles como la cantidad de público y las ganas de competir que tenga uno ese día.
Lo ideal es salir a un ritmo algo más suave de la media que queremos sacar al final. Arriesgar mucho desde el principio en una carrera larga y en la que intervienen tantos factores externos es jugar a la ruleta rusa. Cuando un atleta ha preparado una competición durante tantos meses, con tanta ilusión y rehusando a tantas cosas, no puede perderlo todo en unos minutos por una mala estrategia, puede ser muy frustrante y doloroso.
La habilidad para aplicar la estrategia y conseguir el fin se denomina táctica de carrera. Una cuestión es imaginar nuestro comportamiento en carrera y otra muy distinta es llevarlo a la práctica.
Durante los largos entrenamientos ha habido tiempo suficiente para pensar en todo tipo de estrategias. Después de estudiar los pros y los contras de cada una nos iremos por la que consideremos más adecuada en cada caso, es decir elegiremos varias estrategias, cada una en función de un condicionante externo. Llegado el momento de la competición nos decantaremos por una de las elegidas, esa será la definitiva. Ponerla en práctica supone emplear diferentes tácticas, en función de los problemas e imprevistos que se vayan encontrando. Elegir una buena táctica permitirá sacar el mejor partido de la nueva situación real de carrera. Equivocarse con la táctica nos traerá problemas, por eso es tan importante mantener la concentración durante toda la competición y corregir en lo posible los desaciertos.
Fuente: Victory Endurance
Imágenes: Tadeusz Ibrom/Shutterstock
saludos ,creo que falto incluir el factor sicologico que es una actitud mental con la que te has preparado cuando ya decidiste correr tu maraton y te preparaste fisicamente hay que tomar en cuenta este factor ademas de el animico para hacer de este una buena carrera y por ende terminarlo bien saludos