Cruz Blanca – Ruta que lleva al San Miguel
“Excelente ruta con bellos paisajes y dificultad técnica baja”
Cruz Blanca es parte del Área Protegida Desierto de los Leones, es un lugar ideal para correr, caminar o realizar ciclismo de montaña. Es muy fácil llegar y está muy cerca, si vas en auto y sales Bosque de Tlalpan en Domingo por la mañana, llegas en aproximadamente 40 minutos.
¿Cómo llegar?
En auto: Dirígete hacia constituyentes para tomar la carretera “libre” a Toluca, al llegar a la zona de casetas no entres a ninguna, continúa por la lateral, ahí encontrarás un retorno marcado “Desierto de los Leones”, da vuelta y pasarás por debajo de la carretera.
Continua derecho por la lateral hasta encontrar la desviación que dice “Desierto de los Leones”, ahí cruzarás por un poblado llamado “La Venta” y esa misma carretera te llevará hasta el letrero que dice “Cruz Blanca”. Ahí puedes dejar tu automóvil sin ningún problema.
Transporte Público: Desde la estación del metro Chapultepec, aborda el microbús de la ruta 76. También puedes llegar a la estación del metro Observatorio y abordar el microbús que va a Acopilco, descender en el puente de la Venta, caminar hasta la estación de bomberos de Cuajimalpa y tomar un taxi hasta el Desierto.
Recomendamos: Lo mejor es ponerte de acuerdo con tu grupo de entrenamiento, reunirse en un lugar cercano y de ahí ir todos juntos en la menor cantidad de autos posibles, así evitas gastar en gasolina, contaminas menos y ahorras tiempo.
Equipo indispensable: guantes y riñonera para cargar agua. Al principio sentirás frio pero con forme empieces a correr se te irá quitando, te recomendamos no subir con chamarra pues se volverá un estorbo.
Recuerda: hidratarte cada 10 minutos, toma pequeños tragos de agua. No esperes a que te de sed, la sed es una condición en la que tu cuerpo te exige agua, evita llegar a ese momento y mejor mantenlo bien hidratado durante toda la distancia.
La ruta es extremadamente bella y bastante agradable de correr, de ida es pura subida, pero la pendiente no es muy empinada, por lo que es un sitio ideal tanto para correr, caminar o practicar ciclismo de montaña. En esta ocasión les describiremos la ruta que lleva al San Miguel. Recuerden que en montaña no importa la velocidad sino el esfuerzo continuo.
Al llegar a la primera desviación toma el camino de la derecha. A partir de aquí recuerda que cada vez que encuentres una desviación debes de tomar el camino principal, lo puedes reconocer porque es siempre el más ancho. Recuerda que cuando vayas de ida es necesario voltear a ver las desviaciones para saber cómo se van a ver cuando vayas de bajada, es muy importante estar bien ubicado para no perderse.
Consejo: acuerda con tus compañeros de entrenamiento que cada vez que vean una desviación se detengan los que van hasta adelante y esperen al resto del grupo. Es muy importante que todos se mantengan juntos por si ocurre cualquier tipo de complicación, además que así cada quien corre a su propio ritmo.
El camino se volverá angosto y de pronto te encontrarás rodeado por hermosos árboles y únicamente podrás escuchar el sonido de tus pies al caer y la frecuencia de tu respiración. Maravilloso.
Continúa por el camino y encontrarás una serie de casas. Aquí es muy importante tener cuidado porque algunas veces hay perros protegiendo las propiedades. Recuerda que los perros lo único que quieren es que te alejes de su territorio, así que procura seguir corriendo normalmente. En caso de que los perros se vuelvan muy agresivos, funciona muy bien tomar una piedra grande del piso, cuando los perros te vean tomar la piedra se alejarán de ti. Nunca les avientes cosas, solo complicarás las cosas.
Más adelante te incorporarás a una carretera. Recuerda nunca tomara las desviaciones, sigue por el camino más ancho.
Sigue corriendo y encontrarás un lugar ideal para descansar y tomar un poco de agua. Te hará compañía el sonido del rio que pasa junto a ti. Aquí encontrarás dos caminos, una opción es cruzar el río y la otra es continuar por la izquierda. En este caso elegimos seguir por la izquierda.
A partir de aquí correrás escuchando el rió y las pequeñas cascadas de las presas. Llegarás a un pequeño altar.
A partir de aquí la pendiente de la ruta se vuelve un poco más empinada. No olvides mantener todos tus sentidos atentos para que puedas apreciar la maravillosa flora y fauna del lugar. Es un momento ideal para estar en contacto con la naturaleza y contigo mismo.
Mientras corríamos encontramos un claro ejemplo de una de las causas más importantes para la pérdida de los bosques. Es importantísimo que la gente que realice fogatas las apague por completo una vez terminado su uso, pues pueden ocurrir tristes escenarios como este.
En este punto de la ruta agradecerás haber traído tus guantes, puedes observar hielo a lo largo de la ruta.
Por fin llegamos a nuestro destino, aproximadamente después de 1:30 minutos. Estos terrenos pertenecen a la comunidad de San Lorenzo Acopilco y forman parte del programa ProÁrbol para su conservación y mejoramiento de los servicios forestales que nos brindan a todos. Un ejemplo de que la conservación se puede lograr pero que depende de la acción de todos. Aquí se pueden observar zonas destinadas para la reforestación de pinos. Si sigues por la ruta puedes llegar hasta el San Miguel, una excelente ruta que les describiremos en otra ocasión.
Es momento de regresar, debes tomar exactamente el mismo camino. Llegando a la carretera encontrarás puestos en donde puedes comprar bebidas y comida. Pero como sabemos que ya tendrás hambre, te recomendamos ir a desayunar al poblado de “La Venta”, para llegar lo único que debes de hacer es tomar la carreta en el sentido opuesto al que llegaste. Te recomendamos comer con “Las Güeras”, famosas por su rica pancita. En La Venta encontrarás lugares de comida para cualquier gusto. Así que, provecho.
Muy buen entrenamiento, felicidades.
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Fotos: Fernando Cordova Tapia
Foto de comida y serpiente: New York Serious Seats, Mexican Food and More, Rey Doc Bici
XIII Trail Villa del Carbón 22km (galería)
“Vamos en busca de la Corona”
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Fotos: Karen Levy y Fernando Cordova
XIII Sky Marathon Iztaccíhuatl (parte 3, galería)
“Las grandes almas tienen fuerza de voluntad, las débiles sólo deseos”
Fotos: Karen Levy y Fernando Cordova
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XIII Sky Marathon Iztaccíhuatl (parte 3)
“Las grandes almas tienen fuerza de voluntad, las débiles sólo deseos”
Es hora de la carrera. Es muy importante dejar todo nuestro equipo listo una noche antes para que no haya sorpresas el día de la competencia. Cuando se va a correr en montaña hay varios tips que se deben de tomar en cuenta: es necesario llevar mucha agua porque hay pocos abastecimientos y no hay nada peor que quedarse sin agua en la montaña; llevar dulces o chocolates que nos proporcionen energía rápida cuando la necesitemos, es importante racionarlos a lo largo de toda la carrera, y consumirlos en las partes más difíciles; la ropa que elijamos debe ser muy cómoda y fácil de guardar, es muy importante que contemplemos que todo lo que nos pongamos encima puede ser de gran ayuda o un gran estorbo, así que un día antes prueben si todo lo que llevan se puede cargar fácilmente, lo mejor es que se pueda amarrar al cinturón en donde llevan el agua o guardarse en las bolsas del rompe-vientos; la ropa que se elije es muy diferente entre corredores, la única forma de saber que llevar es conociéndose uno mismo y teniendo una buena idea de la ruta, pero los guantes, una chamarra ligera rompe-vientos y un gorro para tapar las orejas son ideales.
En este caso usé lo siguiente: tenis todo terreno, es importante que sean especiales para montaña porque nos proporcionan un mejor estabilidad en los tobillos y tienen suelas más gruesas que evitan lesiones; lycras completas hasta los tobillos, son gruesas para evitar el frío; playera de manga larga; chamarra rompe-vientos, se recomienda utilizar una chamarra que tenga bolsas, las chamarras de los ciclistas son muy buena opción porque son muy ligeras y las bolsas las traen en la parte de atrás, lo que permite que guardemos cosas y no nos estorben; guantes, son el accesorio indispensable para las carreras de montaña, de no usarlos el frío en las manos puede llegar a ser insoportable; un cubre bocas, sobre todo porque la ruta es muy polvosa y hay que evitar inhalar el polvo; gorro ligero, lo importante es que cubran las orejas, pues uno de los lugares del cuerpo por donde perdemos más calor; cinturón con capacidad para cargar 750 ml de agua y con bolsas para cargar todo lo que sea necesario; dos bolsas de gomitas y dos chocolates, ideales para recuperar energía.
El punto de reunión fue en el Paso de Cortés, en donde nos registramos y pudimos realizar un poco de calentamiento, se recomienda realizar un trote ligero y después algunos ejercicios de estiramiento. En la foto se puede observar la montaña a la que teníamos que subir.
Todos los corredores tenían un gran entusiasmo y en muchos se notaba nerviosismo, pues el reto era bastante grande. El disparo de salida se dio puntualmente a las 10 de la mañana. A nuestras espaldas teníamos el Popocatepetl.
Se pudieron correr dos distancias, 15 y 21 kilómetros. Los corredores que desearon hacer 15 kilómetros, corrieron desde paso de Cortés hasta La Joya y de regreso. Los que fueron por 21, llegaron a La Joya y de ahí comenzaron el ascenso hasta el “Refugio Esperanza”, las rodillas de la Mujer Dormida.
Los 7.5 kilómetros que son necesarios recorrer para llegar a La Joya, se corren sobre terracería, hay un poco de pendiente y muchos tramos planos, no hay nada de qué preocuparse, excepto de reservarse, guardar energías y cubrirse la boca para no inhalar el polvo que se levanta.
En La Joya se encuentra el primer abastecimiento. Ahí mismo es el retorno de los que van por 15 kilómetros y empieza el ascenso para los de 21. La subida es muy fuerte y es imposible correr, así que se debe de subir caminando rápido.
Conforme se asciende, el camino comienza a volverse más pedregoso y se empiezan a complicar las cosas.
Un poco más arriba la ruta se vuelve peligrosa y se debe de correr con mucha precaución para evitar cualquier accidente, pues existen varios barrancos y desfiladeros.
La subida sigue y llegamos a un arenal en donde cada paso cuesta el doble de trabajo de dar, esta es una parte muy agotadora de la carrera. A cambio del esfuerzo se obtiene una maravillosa vista de La Milinche y El Pico de Orizaba.
Con las piernas muy cansadas nos acercamos a la última pendiente. Es una subida de 380 metros pero cuando la subes parece que son kilómetros. Es tan empinada que necesitas subir gateando. Por cada dos pasos que subes, bajas uno, debido a que la grava está muy suelta y no se puede encontrar un buen agarre. En la cima se encuentra un juez que certifica que hayas llegado hasta arriba.
¡Por fin, después de 2:30 horas de esfuerzo duro y constante, hemos llegado a la increíble cima!
Pero eso no es todo, vamos a la mitad, faltan otros 11 kilómetros. Empieza la bajada, en donde hay que tener muchísimo cuidado para evitar accidentes con los corredores que van de subida. En esta parte de la carrera lo más importante es bajar despacio, con cuidado y nuca confiarse.
Ya de regreso en La Joya, hacen falta 7.5 kilómetros en donde recuerden que hay poca bajada y muchos tramos planos, así que aún falta mucho por recorrer. Los últimos kilómetros deben de correrse con mucho coraje, pues no hay otra forma de lograrlo. La última parte del recorrido parece eterna, las piernas ya no pueden más y el corazón se llena de alegría porque sabe que estamos a punto de lograr el reto.
Se alcanza a ver la meta, con ella también está la satisfacción de haber logrado un reto muy grande, la felicidad de hacer lo que se ama y sobre todo nuestras personas amadas esperándonos.
Así acaba una de las carreras físicamente más demandantes del país. Es hora de descansar un poco, tomar una cerveza de cortesía, colgarse con orgullo la medalla del evento y empezar a pensar en el siguiente reto.
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Fotos: Karen Levy y Fernando Cordova
XIII Sky Marathon Iztaccíhuatl (parte 2, galería)
“Las grandes almas tienen fuerza de voluntad, las débiles sólo deseos”
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Fotos: Karen Levy y Fernando Cordova
Imagen: Kalipedia
XIII Sky Marathon Iztaccíhuatl (parte 2)
“Las grandes almas tienen fuerza de voluntad, las débiles sólo deseos”
Antes de entrar de lleno a la carrera es importante señalar uno de los fenómenos que se pueden apreciar cuando se corre a grandes alturas, el cambio de la vegetación conforme se asciende a las cumbres. El XIII Sky Marathon Iztaccíhuatl nos permitió observar este fenómeno y a continuación se los presentamos.
¿Por qué en la cima de las montañas no hay árboles?
Mientras se viaja en la serpenteante carretera se observa alrededor un bello bosque de pino que acompaña nuestro camino. Son árboles imponentes por su gran altura y frondosidad, además de las diferentes tonalidades de verde que los visten. Dependiendo de la hora del día, la luz del sol baña a los árboles, que parecen arder entre destellos amarillos y dorados.
Al comenzar a subir, la cantidad de árboles va disminuyendo y comienzan a predominar los pastizales. Los pocos árboles que se observan son de menor altura.
El tipo de suelo comienza a cambiar y se vuelve más pedregoso, por lo que los árboles no pueden desarrollar sus raíces.
En una altura mayor se pueden observar manchones de pastos y la presencia de una especie común en el Parque, la rosa de montaña.
Al subir aún más, el ecosistema es dominado por los pastos que resisten las grandes alturas, los árboles no pueden vivir pues no soportarían las heladas que ocurren a estas alturas.
El Iztaccíhuatl alcanza una altura de 5280 msnm, en donde ya ni siquiera los pastos sobreviven a las bajas temperaturas ni a las fuertes heladas y la única vegetación que queda son pequeños musgos y líquenes, que son asociaciones entre algas y hongos.
En las siguientes fotografías es posible observar el interesante fenómeno.
Ahora sí, después de un pequeño breviario biológico, a lo que venimos, a correr.
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Fotos: Karen Levy y Fernando Cordova
Imagen: Kalipedia